viernes, 25 de julio de 2008

Capitulo 23

Autora: Berenice Mercado (Venezuela) (1974)
Seudónimo: berenicemercado
Publicado: 25/07/08

-¡Señorita! ¡Señorita! ¿Se encuentra bien?Eso fue lo último que Inés pudo oír antes de caer en un estado de shock, que nubló sus ojos, su mente, sus sentidos y la llevó a un lugar en el que ella no sabía situarse.A lo lejos se oían voces de personas, y un olor fuerte a alcohol puesto en su nariz la hicieron volver al presente, sus ojos abriéndose lentamente dieron paso a la nitidez y en ese momento, el sonido y el ulular de una ambulancia, el bullicio de la gente que curiosa miraba, fueron la bienvenida a la realidad de su vida.Como si no se encontrara en un sueño ella no dejaba de parpadear, la misma voz masculina le vuelve a hablar.-Señorita, despierte. -¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy?-Tranquila, todo está bien, solo sufrió un desmayo.Aún Inés miraba como buscando su verdadera realidad, nerviosa miraba a los lados, buscando un indicio de las cosas que sintió haber vivido, buscando entre miradas ajenas para ver si alguien la miraba adivinando que había matado a alguien, pero en realidad la gente a su alrededor la miraba preguntándose que le podía haber pasado a la joven y si esta era familiar de la otra persona que acaba de ser atropellada. Poco a poco Inés fue incorporándose ayudada de la mano por el señor misterioso, busco sonreír y de su boca solo salió un pequeño gesto de agradecimiento y al mismo tiempo de incertidumbre.Ya recuperada, los paramédicos que estaban en el lugar la asistieron y le dijeron que podía irse tranquila a casa, en ese momento vio pasar a la muchacha que había sido atropellada y al ver que no era su amiga Rosa sintió alivio y al mismo tiempo pena por lo ocurrido y por ver que la joven era casi de la misma edad de ella.Al llegar a casa, todo estaba en su lugar, limpio y ordenado como lo había dejado, aún seguía buscando detalles que le hicieran ver que en realidad no había asesinado a ninguna persona, en ese momento Rafa la llamó y aunque le costase creerlo, esa llamada para ella fue un alivio a su alma y una intriga para su mente.-Alo, ¿Rafa?-Si, mi cielo ¿quién más puede llamarte desde mi celular? ¿Te pasa algo?-No, no, para nada, es solo que me siento extraña.-Te entiendo Inés, he pensado mucho y no esta bien el que yo te haya dicho que estabas desfasada y anticuada, quiero conversar contigo al llegar a casa.-Esta bien Rafa, así será, aquí te espero.Eso fue todo lo que pudo decir, al colgar su celular, su mente seguía cavilando; ¿Qué es lo que he vivido? ¿Por un cambio de look terminaré siendo una asesina? ¿Será que en mi interior hay otra personalidad que no conozco? ¿O todo esto han sido solo premoniciones?Sentada en el mullido sofá de la sala, Inés sigue pensativa se dice a si misma que la vida nos cambia en solo segundos, ¿Esta premonición será una alerta para ella?

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